Por años, esta relación entre fútbol y política, ha sido vetada de la mayoría de los escenarios sociales que puedan existir. Muchos la denominan como un corto circuito que no puede suceder, que ocasiona ruptura de relaciones y genera conflictos irreparables. Lo cierto es que para este tema toma mucha fuerza la ya conocida frase “Todo es político.” El deporte rey no puede ser la excepción y a lo largo de su historia ha estado marcado por hechos políticos de gran índole. Acá te mostramos algunos.
En la actualidad uno de los clubes de fútbol que más representa esta unión, es el St Pauli el cual milita en la segunda división alemana. Pertenece a la ciudad de Hamburgo y se caracteriza por ser un acérrimo defensor de causas sociales junto a sus fanáticos. Se catalogan en su mayoría como antifascistas y de ideología izquierdista. Rechazan la discriminación, la explotación y respaldan el matrimonio igualitario.
Otro de los hechos históricos que aún marcan un precedente en la actualidad es el del conflicto del Atlántico Sur, o más conocido como la guerra de las Malvinas. Este comenzó en la década de los 80 cuando una confrontación entre Argentina y el Reino Unido ocasionó que se desatara tal contienda. Allí salieron vencedores los británicos y es una herida que los argentinos aún tienen abierta. Pero la historia no para ahí, en el mundial de México 86, argentinos e ingleses se enfrentaron en un duelo “a muerte” donde estaba reciente el conflicto por las Malvinas, en esta instancia del campeonato del mundo y más específicamente en este partido, se dio la famosa “Mano de Dios” protagonizada por Diego Maradona la cual le dio el pase a siguiente ronda a la albiceleste en el torneo que posteriormente ganarían. Estos últimos tomaron este hecho como especie de venganza hacia los ingleses.
Esta es la hora que, en el país del mate y el asado, aún conmemoran esta fecha como homenaje a los héroes caídos en tal guerra y siguen reclamando su potestad y soberanía sobre las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
Para no irnos muy lejos y seguir en Argentina, es clave recordar también el mundial que se llevó a cabo en el año 1978 donde, con muchas dudas y sospechas, los gauchos se coronaron campeones del mundo en propio suelo. Este torneo en específico estaría plagado de infinidad de inquietudes pues se desarrolló en plena dictadura militar de Jorge Videla quien hacía dos años había derrocado del gobierno a María Estela Martínez de Perón, viuda de Perón.
El dictador Videla llamó a este campeonato “el mundial de la paz” pero sin duda era una fachada para maquillar la represión hacia toda persona que estuviera en contra del régimen, además de los 30.000 desaparecidos que habría dejado este fatídico mandato. Este mundial se habría tornado más oscuro cuando el entonces presidente de la FIFA, Joao Havelange, le dio su apoyo a Argentina y al régimen. Sin duda que también fue sospechoso de recibir sobornos por parte de Videla.
El único lunar rescatable de esta competición fue la brillante actuación de “El matador” Mario Alberto Kempes quien fue goleador del mundial, escogido mejor jugador del torneo y del mundo ese mismo año. Kempes, es hoy una leyenda viviente del fútbol argentino y mundial.
En la década de los 70 se da un inusual hecho futbolístico denominado por algunos como “el partido fantasma.” Corría el mes de noviembre del año 1973 y previo al mundial de Alemania 74 se debían enfrentar en el repechaje las selecciones de Chile y de la ya extinta URSS. El partido de ida en Moscú ya lo habían disputado y lo que correspondía era jugar la vuelta en territorio chileno.
Por aquellos días, más específicamente dos meses antes, Augusto Pinochet había iniciado una sangrienta toma del poder de lo que sería una posterior dictadura. Durante este hecho desastroso para la humanidad, Pinochet utilizó el Estadio Nacional como centro de detención clandestino.
Esto le dio la vuelta al mundo pues este escenario fue uno de los mayores centros de tortura durante el régimen. Causó tanto escándalo este hecho que la Federación de Fútbol de URSS se negó a jugar el partido y emitió un comunicado donde detallaron «Por consideraciones morales, los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos».
El revuelo mundial fue enorme y, aún así, la FIFA dijo que se tenía que disputar el compromiso. De esta manera el combinado chileno saltó al campo de juego sin un rival y ganaron el cotejo 1-0 con gol de Francisco Valdés. Por este motivo se le denominó “Partido fantasma.”
Finalmente cerramos este recorrido entre la relación entre fútbol y política en el viejo continente con un personaje muy conocido, Benito Mussolini y su orden. En 1934 el mundial se realizaría en Italia, por lo que el dictador habría decidido ganar esta competición a como diera lugar.
Para tal fin, Mussolini se valió de nacionalizar jugadores sudamericanos con el objetivo de reforzar al combinado italiano. Sin embargo, esto no fue suficiente y habría enviado una misiva al seleccionado nacional con las palabras “Es una orden” sobre ganar el mundial de dicho año. Sin duda para los jugadores fue más un tono amenazante por lo que más tarde saldrían campeones de esta edición del mundial.
Pero esto no se detuvo ahí, Mussolini para la edición del mundial siguiente (Francia 1938) había enviado otro comunicado a los jugadores de la selección italiana en la que les ordenaba “Vencer o morir.” Esto se dio horas antes de disputar la final con la selección de Hungría y ganarla para obtener así el segundo mundial para Italia.