Faltan exactamente 27 días para que en Colombia, acudamos al llamado que nos hacen cientos de candidatos a que votemos por ellos y los elijamos como nuestros representantes.
Gobernadores, alcaldes, diputados, concejales y ediles, serán elegidos el próximo domingo, 27 de octubre.
Los candidatos llevan meses intentando hablarle a las personas sobre sus propuestas, sus bases políticas, sus cualidades y algunos, muy pocos, de sus ideales y las causas que representan. En este último punto está la diferencia entre un candidato y otro. Todos hablan de su experiencia, de los cargos que han tenido, los diplomas que cuelgan en sus paredes, de las personas que se van sumando, incluso, muestran a sus familias, pero muy pocos logran entender que las personas seguimos causas, no personas. Nos sentimos atraídos por lo que ellos representan. Un ejemplo: si soy de las personas que va por la calle y me preocupo y lloro al ver a un animal abandonado y enfermo y me doy cuenta de que el candidato Pepito Cifuentes le preocupan los animales, le duele su dolor y plantea soluciones para ellos, ya tendrá puntos conmigo, porque le preocupa lo mismo que a mi, perseguimos una misma causa: ayudar a los animales. Eso significa que si llega al poder, no voy a olvidarlo, voy a estar realmente pendiente de lo que va a hacer por esa causa que compartimos. Es literalmente, un voto de confianza.
Pero eso, cuando los que hacemos parte de los equipos de campaña decimos que lo más importante es conectar y generar empatía, no significa fingir lo que no se es ni hablar del tema más popular, todo lo contrario. Conectar requiere tener una causa verdadera, de manera genuina, un propósito. Cuando un candidato no lo tiene, se va a notar, va a caer en mentiras y contradicciones que serán evidente. Sin una causa y un propósito, difícilmente logrará encontrar un grupo de personas no sólo que vote por él, sino que le crean, que se la jueguen por su candidatura y que le ayuden a ganar.