El primer texto de Brum tiene que ser sobre este tema por una razón: es la base de lo que hacemos, es en lo que creemos. Cuando decimos que nos dedicamos a construir y fortalecer marcas políticas, muchos pueden pensar que ayudamos a mentir o, pero aún, que somos los encargados de engañar y maquillar todo lo que un político hace. Lo primero que tenemos que decir es que sabemos el poder que tiene la comunicación, somos conscientes de la responsabilidad que tenemos y estamos convencidos de que hay gente buena intentando abrirse paso en el mundo político y que necesita ayuda, porque no todos saben por dónde empezar y sus buenas ideas, se quedan ahí.

Todos los que hacemos parte de Brum hemos estado dentro del mundo político, tenemos experiencia no sólo en campañas sino en periodos de gobierno e instituciones del sector público, conocemos este mundo y todos coincidimos en algo: la política bien hecha sí existe. Hay personas que se someten a todo lo que implica ser político o política (como tener automáticamente reputación de corrupto/a y mentiroso/a, no tener tiempo para su familia y mucho menos para sus amigos, aguantar que lo critiquen por cada paso que da y tener que convencer a personas que usted ni conoce de que usted es una persona idónea, honesta e indicada para tomar decisiones sobre su trabajo, su economía, su salud, su educación, etc) porque de verdad quieren transformar la sociedad. Así es, existen.

Creemos que en todos los partidos hay personas buenas para gobernar y que también en todos los partidos hay personas que no representan muy bien esos principios que deben ser la base de la política. En el mundo, en Latinoamérica y por lo tanto, en Colombia, es difícil participar en política sin que lo relacionen con algo negativo (así uno no sea el candidato). Pero sabemos que existen los buenos líderes. En cada rincón del país hay personas llenas de ideas y buenas intenciones que están esperando una oportunidad y que de verdad quieren hacer algo por mejorar la calidad de vida de las personas a través de la política.

La misión de Brum es lograr que todos esos buenos líderes sepan potenciar lo mejor de ellos, que sepan comunicar sus ideas de la mejor manera y logren conectar con esas personas que ya no creen en la política y que por lo tanto, les cuesta creer en los políticos. Generar empatía, demostrar que más allá de sus ganas de poder (porque evidentemente existen) son buenos seres humanos, entienden que la ética y la política no tienen por qué ser opuestos y tienen claro que por encima del bien colectivo está el bien individual. A esos líderes, instituciones y organizaciones le apostamos. Nos atrevimos a trabajar en función de esos políticos, candidatos y empresas del sector público que no han podido encontrar esa manera de conectar y de comunicar para que logren credibilidad y su marca no se vea opacada por una reputación que no es justa para todos.