El pasado 20 de enero, Donald Trump asumió su segundo mandato como presidente de los Estados Unidos, marcando el inicio de una nueva etapa para el país y para la política global. En su discurso inaugural, el presidente resaltó tres prioridades clave que guiarán su administración:
  1. Seguridad fronteriza: Reforzar los controles en las fronteras y limitar la inmigración indocumentada.
  2. Retiro del Acuerdo de París: Priorizar la independencia energética y la producción nacional, dejando de lado compromisos internacionales relacionados con el cambio climático.
  3. Valores tradicionales: Implementar políticas sociales alineadas con lo que denominó “valores tradicionales”.

El significado de su postura

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El mensaje de Trump es claro: Estados Unidos se concentrará en fortalecer su soberanía y controlar sus propios asuntos, incluso si eso implica alejarse de acuerdos globales o generar controversias internas. Esta postura busca consolidar su base de apoyo y reafirmar el poder de su administración. Sin embargo, también plantea preguntas sobre las posibles tensiones que podrían surgir tanto a nivel nacional como internacional.

Con esta visión nacionalista, Trump refuerza la idea de un Estados Unidos independiente y dominante, aunque esto podría aislar al país en el escenario global. Además, esta narrativa podría inspirar a otros movimientos ultraderechistas en diferentes regiones del mundo. La pregunta sigue siendo: ¿Será esta una señal de un regreso más amplio de la ultraderecha al poder en otros países?

Primeras órdenes ejecutivas firmadas

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En su primer día en el cargo, Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas que reflejan las prioridades de su administración. Entre las más destacadas se encuentran:

  1. Fin de la ciudadanía por derecho de nacimiento: Se firmó una orden que busca negar la ciudadanía automática a los hijos de inmigrantes indocumentados nacidos en suelo estadounidense. Esta medida enfrenta críticas y desafíos legales, ya que entra en conflicto con la 14ª Enmienda de la Constitución.
  2. Declaración de emergencia nacional en la frontera sur: Diseñada para acelerar la construcción de barreras fronterizas y reforzar la seguridad en la zona.
  3. Retiro oficial del Acuerdo de París: Este movimiento consolida su promesa de desvincular a Estados Unidos de compromisos internacionales sobre cambio climático.
  4. Eliminación de subsidios a vehículos eléctricos: Con el objetivo de fomentar la producción y el consumo de combustibles fósiles, Trump retiró incentivos para la transición hacia energías limpias.
  5. Indultos a participantes del 6 de enero de 2021: Otorgó indultos a más de 1,500 personas involucradas en los disturbios del Capitolio, generando una polémica inmediata.
  6. El regreso de Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo: Bajo la administración de Trump marca un giro significativo en la política exterior de Estados Unidos hacia la isla.

Las primeras acciones de Donald Trump y su discurso inaugural muestran un gobierno con prioridades nacionalistas y conservadoras. Mientras su enfoque refuerza su apoyo entre sectores específicos, también genera incertidumbre y preocupación en torno a sus implicaciones para la política interna y global.

Este nuevo capítulo en la política estadounidense plantea retos y debates sobre el futuro de la gobernanza en un contexto polarizado.